No hay una política de Estado que promueva el desarrollo sostenible de la minería

En el Perú existen políticas de Estado para varios asuntos importantes; pero no una que promueva el desarrollo sostenible de la minería, a pesar que tiene la mayor productividad laboral, de su contribución fiscal y sus efectos descentralizadores, señaló Gonzalo Tamayo, ex ministro de Energía y Minas, durante su exposición en el I Congreso de Competitividad Minera y Sostenibilidad Social (CCMYSS) que organiza el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú.

Tamayo también mencionó la controversia existente alrededor de la ratificación del Acuerdo de Escazú, en circunstancias en que Chile, un competidor del Perú en producción minera y atracción de inversiones, ha anunciado que no ratificará dicho acuerdo. Hay un riesgo de afectar nuestra competitividad, precisó.

Asimismo recordó que la minería se desarrolla en un entorno mundial competitivo y por ello es importante mantenernos alineados con las mejores prácticas internacionales. Tamayo, quien también es gerente general de Macroconsult, la consultora que elaboró el informe sobre “Indicador de Competitividad Minera” (ICM), afirmó que la gran minería tiene altos estándares productivos y muchos observadores.
Una de las particularidades de la minería peruana es que importantes proyectos se encuentran a gran altitud y lejos de la costa. En ese sentido, los retos en términos de accesibilidad a los centros mineros hacen necesaria la inversión en infraestructura y un marco institucional que permita dicho desarrollo.

El Perú muestra un buen nivel de competitividad en potencial geológico con relación al grupo de importantes países mineros en el mundo materia del análisis del ICM; sin embargo, tiene un rezago en materia de regulación. Citó el caso de British Columbia en Canadá en donde se puede adquirir una concesión minera en 24 horas. Además dijo que en Canadá, Sudáfrica, Australia y Chile no existe la denominada licencia de construcción, un requisito exigido en el Perú para proyectos como Tía María.