“Un aprendizaje importante y tangible de la lucha contra el COVID-19 ha sido el trabajo conjunto”

En esta entrevista, Raúl Ricardo Farfán Amat y León, Director Ejecutivo de Newmont Perú, detalla las acciones desplegadas por la compañía frente a la pandemia sanitaria; así como los planes en el corto plazo.

También nos comparte sus expectativas sobre el I Congreso de Competitividad Minera y Sostenibilidad Social organizado por el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), que se realizará del 12 al 16 de octubre de 2020.

¿Cuáles son sus expectativas sobre este I Congreso de Competitividad Minera y Sostenibilidad Social?

Considero que el Congreso es un espacio que se presenta como una gran oportunidad para compartir experiencias y lecciones aprendidas, especialmente en la coyuntura tan difícil que estamos viviendo. El intercambio de conocimientos sobre protocolos de salud y seguridad, responsabilidad social, articulación con autoridades locales y nacionales, entre otros temas, será fundamental para seguir colaborando mutuamente de manera efectiva y seguir siendo, como sector, un actor importante para el desarrollo del país y de las comunidades donde operamos. También es un espacio para repensar y rediseñar la manera en la que nos relacionaremos y comunicaremos en el futuro con los diferentes grupos de interés.

¿Qué mensaje les brindaría a los potenciales participantes a este congreso?

Considero que este congreso nos brinda la gran oportunidad para conocer y aportar diversas experiencias en la industria dentro de esta coyuntura. Los distintos puntos de vista permitirán contar con una visión global del aporte del sector minero en la pandemia, cómo se viene trabajando en el cuidado de la salud y seguridad de los trabajadores y las comunidades vecinas, así como podremos reflexionar sobre el importante rol de la industria minera en la pronta reactivación económica del país. Aprendamos y multipliquemos las buenas prácticas.

¿Cuál ha sido el principal impacto de la pandemia del COVID-19 en el desempeño de Yanacocha?

Más que de impactos, hablaría de retos. Y uno de los principales fue adaptar la capacidad de nuestras operaciones e instalaciones para la continuidad de los procesos críticos, bajo estrictos protocolos de salud. Estos protocolos están en un proceso de mejora constante para minimizar los efectos inmediatos en las operaciones y en el futuro cercano. Por ejemplo, si en las pruebas antes de cada jornada se detecta varios técnicos u operadores enfermos, habrá menos personal disponible para darle continuidad a la operación. Los retos del corto y mediano plazo pasan por minimizar la afectación en la producción planeada para el 2020. Nuestro enfoque es minimizar este impacto y optimizar los costos e inversiones previstas para este año y el próximo.

El segundo gran reto fue el de generar confianza entre las autoridades locales, comunidades, ronderos y otros colectivos en torno al reinicio de nuestras operaciones. Sabemos que ese proceso requiere de apertura y voluntad, por lo que montamos un programa de comunicación transparente y coordinación estrecha con todos estos actores sociales. Esto permitió ofrecer la seguridad de que nuestros protocolos buscaban minimizar el riesgo de contagio, poniendo la salud de las comunidades y nuestros trabajadores como prioridad, lo que se demuestra hasta ahora porque solo hemos incrementado nuestra fuerza laboral de 13% a un 40%.

De acuerdo con nuestros valores, el cuidado de la salud física y mental de nuestros colaboradores y la comunidad siempre ha sido la prioridad. Sobre todo, si consideramos que más del 85% del personal son trabajadores locales que están en contacto directo con la comunidad. Por esta razón, al principio de la emergencia nuestra operación se redujo solo a mantenimiento y cuidado. Luego, ya en la Etapa 1 de la reactivación, empezamos el incremento progresivo de nuestra fuerza laboral. Sin embargo, hasta el momento no hemos llegado a niveles completos de nuestro personal, justamente porque queremos prevenir posibles impactos en su salud.

¿Qué estrategias de gestión social viene aplicando Yanacocha en esta nueva normalidad post COVID-19?

Debemos tener en cuenta que aún estamos en una etapa de la pandemia que requiere de cuidados permanentes, protocolos y, sobre todo, soporte a la comunidad. Un aprendizaje importante y tangible de la lucha contra el COVID-19, y que debe seguir fortaleciéndose en siguientes etapas, ha sido el trabajo conjunto, bajo objetivos comunes, con las autoridades nacionales, regionales y locales: hemos demostrado que se multiplica la efectividad de las acciones, no solo para la comunidad, sino también para la empresa. En esta línea, Yanacocha, siguiendo los lineamientos de Newmont, desarrolló una estrategia que tiene tres pilares:

  • Salud y seguridad de nuestros trabajadores y comunidades vecinas,
  • Seguridad Alimentaria, y
  • Reactivación económica local.

Luego de más de tres meses de ejecución, quiero señalar los logros más importantes: la donación de una planta de oxígeno al Hospital Regional de Cajamarca con capacidad para producir 30 m3 de oxígeno medicinal por hora, para abastecer la red empotrada del hospital.

También vimos que era necesaria la ventilación asistida para los pacientes más graves y compramos 8 ventiladores electrónicos que aumentaron la capacidad instalada del hospital en 70%. Además, donamos alrededor de 30,000 implementos de bioseguridad a profesionales de Salud, bomberos, ronderos y diferentes instituciones; entregamos más de 11,700 canastas con víveres a las familias más vulnerables de nuestra zona de influencia. También evaluamos que teníamos que hacer algo más que el aporte material y coordinamos el apoyo económico a 35 empresas pertenecientes a las comunidades vecinas que suspendieron sus actividades debido al COVID-19, beneficiando con ello a más de 1,300 familias; y creamos un fondo para ofrecer más de 800 créditos solidarios a las familias rurales más vulnerables, a través de un programa de microcréditos (ÚNICA).

¿Cuál es el avance que se tiene del proyecto minero Yanacocha Sulfuros?

El proyecto se encuentra bajo trabajo intenso en la etapa de factibilidad definitiva, que incluye la ingeniería de detalle y trabajos tempranos. La decisión de inversión se tomaría el año 2021, en forma conjunta con los demás socios. Este proyecto considera una inversión aproximada de US$ 2,000 millones, con parte importante de las adquisiciones y servicios hechos en el Perú y Cajamarca. Permite la expansión de nuestras operaciones y el potencial para extender la vida hasta el 2041, para continuar siendo un actor importante en el desarrollo económico de Cajamarca y del Perú, tanto directamente como por los beneficios a las cadenas de consumo.

¿Qué inversiones tiene previstas Yanacocha para los años 2021-2022?

En el corto plazo nos mantenemos enfocados en Yanacocha Sulfuros, proyecto para el que, como indicamos anteriormente, la decisión de inversión se tomaría en 2021 y que tiene el potencial de extender la vida de la operación hasta el 2041, pero a menor escala productiva. Existen otras posibilidades a menor escala -siempre dentro de nuestra zona de operaciones- que seguiremos evaluando de acuerdo con el avance de esta atípica coyuntura.